La Argentina necesita un buen gobierno, una buena sociedad y una buena oposición
por Cristina Fernández de Kirchner para Territorio Digital - Posadas - 09/11/08
Misiones irradia vitalidad. Desde los versos de su Misionerita hasta las leyendas de sus pueblos originarios, desde las huellas de los jesuitas hasta los cuentos de Horacio Quiroga, la provincia despliega toda la exuberancia de la selva subtropical.
Andresito es una síntesis de esa energía misionera. A pesar de ser el municipio más joven, es todo un símbolo de la historia de Misiones, de su lucha por la libertad, el progreso y el respeto a la diversidad.
No por nada tomó su nombre del Comandante Andrés Guacurarí, un guaraní comprometido con la liberación y con la construcción del federalismo. Un luchador que seguramente estaría orgulloso de que este pueblo lo recuerde con su nombre.
En sólo 28 años, pasó de tener 150 colonos a contar entre sus límites a unos 24 mil habitantes. Ayer, los primeros pobladores llegaron para trabajar la tierra. Hoy, sus hijos persisten en aquellos viejos sueños.
Andresito es el mayor productor del país de yerba mate, todo un emblema de los rioplatenses, con más de 120 millones de kilos por año.
Si se mira desde el aire, es un mosaico de tierra colorada mezclada con distintas tonalidades de verdes. Desde lo alto se observan los cultivos de los pequeños productores, el trabajo de los yerbateros, tealeros y tabacaleros.
Por primera vez visité Andresito el martes pasado. Por primera vez, una Presidente, o un Presidente, visitó este maravilloso rincón de la Argentina profunda.
Allí, conocí hombres y mujeres que con su esfuerzo, le agregan valor al producto que extraen de la tierra y contribuyen a garantizar una dimensión fundamental de nuestra autonomía como Nación: la soberanía alimentaria.
Pero hay una obra que resulta fundamental y viene a restañar una vieja herida: la inauguración de la ruta nacional 101. Con sus 88 kilómetros de asfalto, fue declarada la obra vial más importante del 2008 por la Asociación Argentina de Carreteras.
Esta ruta que penetra en el corazón del Parque Nacional y llega hasta las propias Cataratas del Iguazú, potenciará no sólo la producción regional, sino también el turismo ecológico.
Sumado a esto, los andresiteños y andresiteñas tendrán asfaltados otros 12 kilómetros de acceso a una zona del municipio donde viven más de 350 familias de pequeños productores que también necesitan salir del aislamiento.
Pero lo más importante, es que con la pavimentación de la ruta 101 los misioneros, los argentinos todos, ya no tendremos que pasar por las rutas asfaltadas de Brasil para evitar el barro de los caminos de nuestro país.
Además, para favorecer la comercialización y la integración con los países vecinos, pondremos en marcha una nueva aduana. La de Puerto Iguazú ya no da abasto para contener el creciente comercio de nuestras economías regionales.
Estamos avanzando también en soluciones habitacionales para Misiones con la construcción de 556 viviendas y 1224 mejoramientos, en el marco del Plan Federal de Viviendas II.
El pasado mes de abril estuvimos presentes durante la entrega de 843 viviendas en el barrio Itaembé Miní, en Posadas, capital de la provincia. Para cuando concluyan las obras, estas unidades habitacionales habrán beneficiado a más de 1.500 familias.
El martes también inauguramos desde Puerto Iguazú cuatro nuevos establecimientos educativos en las localidades de Guaraní, Eldorado, Puerto Esperanza y Puerto Piray, dentro del Plan 700 escuelas.
La educación es mucho más que una preparación para ingresar al mercado laboral. Es principalmente un instrumento para la formación de ciudadanos que puedan y sepan ejercer sus derechos y que se hagan cargo, también, de sus deberes y obligaciones.
Por otra parte, con el avance en el proyecto del Gasoducto del Noreste, un proyecto federal y latinoamericano, se está dando previsibilidad a otro de los ejes fundamentales de nuestra gestión y de nuestro época como es el tema de la energía.
Este gasoducto de casi 2000 kilómetros, que supone una inversión estimada en 1800 millones de dólares, entrará en operaciones dentro de tres años para transportar hasta 27,7 millones de metros cúbicos diarios de gas.
Además, en agosto se inauguraron la tercera línea de transporte de alta tensión y la estación transformadora de 500 KV asociadas a la central hidroeléctrica Yacyretá, que demandaron una inversión de 630 millones de dólares.
Esta obra energética, que se extiende a lo largo de 912 kilómetros, atraviesa las provincias de Misiones, Corrientes, Entre Ríos y Buenos Aires, aumentando la seguridad del Sistema Interconectado Nacional.
La obra pública es la punta de lanza para mantener el nivel de actividad, para generar empleo y para mejorar la distribución del ingreso.
A partir de estos proyectos y obras concretas, podemos volver a pensar en el país en su conjunto, pero especialmente en aquellas regiones que necesitan superar décadas de olvido y postergación.
Tener una Argentina más justa y más equitativa, requiere no sólo de un buen gobierno, sino también de una buena sociedad y una oposición responsable.
La Argentina necesita dirigentes dispuestos a poner el hombro para construir. Especialmente, cuando tenemos desafíos e intereses tan poderosos que enfrentar.
Ya sabemos cómo nos fue con dirigentes y opositores que se dedicaron a desgastar gobiernos.
Quienes tenemos la responsabilidad de ocupar un cargo público, somos una circunstancia de la historia. Lo permanente, lo insustituible, lo irremplazable, es la Patria. Los gobiernos pasan. Los argentinos quedan.
Pueden dar testimonio de ello los habitantes de Andresito. Un pequeño pueblo 60 kilómetros al este de las Cataratas del Iguazú, que desde la llegada de los primeros colonos lucha por su desarrollo socioeconómico.
Santacruceños y misioneros estamos hermanados por el orgullo de albergar en nuestra tierra las dos maravillas naturales más importantes de la Argentina: las Cataratas del Iguazú y el Glaciar Perito Moreno.
Me llevo al sur el cariño y afecto de su gente y los recuerdos de su feria de pequeños productores. Me llevo el pan, los quesos, las conservas y las frutas. Me llevo, en definitiva, el trabajo, el esfuerzo, y la alegría. Garantía de misioneros.
Porque como decía Horacio Quiroga: "Misiones, colocada a la vera de un bosque que comienza allí y termina en el Amazonas, guarece a una serie de tipos a los que podría lógicamente imputarse cualquier cosa, menos, ser aburridos".
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